
Wish You Were Here es un capítulo muy interesante en el vasto catálogo de Pink Floyd y un momento muy peculiar en la historia de la banda puesto que es uno de sus álbumes más celebrados y con un legado monumental, pero que también muestra a la agrupación británica lidiando con el recientemente encontrado peso de la fama y las primeras grietas en el seno de la banda que terminarían por resquebrajarla en los próximos años.
Ambicioso, lleno de dolor y atmosférico como solo Pink Floyd sabe hacerlo, Wish You Were Here es uno de las joyas perennes del Rock en la década de los setenta; una fotografía musical de lo que fueron estos británicos en el punto más álgido de su éxito y la manera en la que reaccionaron al mismo. Es un trabajo que captura a una banda dolida, tensa y frustrada a la par que inspirada y generacional.
Es un trabajo que te hace entender lo que es Pink Floyd como un grupo y de lo que eran capaces al máximo de su capacidad. Y este es el álbum del que vamos a hablar hoy.
Crítica
Publicado en 1973, el octavo trabajo de Pink Floyd, Dark Side of the Moon, había sido un parte aguas de proporciones babilónicas para la banda, poniéndolos en el mapa a escala mundial. Atrás habían quedado los días en donde eran percibidos como una banda de culto en la escena del Rock británico; se habían entronado como uno de los grupos por antonomasia junto a los Led Zeppelin, Deep Purple, The Who o Rolling Stones del mundo.
Todo esto puso mucha presión en los hombros de David Gilmour y Roger Waters, los compositores principales de la banda, en relación a lo que su sello discográfico querían con lo que sería su noveno álbum; querían repetir el éxito cosechado con Dark Side of the Moon y seguir imprimiendo dinero con ellos. Por supuesto, pedirle a los de Pink Floyd que repitan un esfuerzo musical es como extraer sangre de una piedra y eso solamente complicó las cosas, con los diferentes miembros tomando la gran mayoría de 1974 para enfocarse en proyectos paralelos.
Las sesiones de grabación de este álbum en Abbey Road también son infames porque durante la grabación del tema Shine On You Crazy Diamond, el tributo de la banda a su antiguo vocalista que tristemente había sufrido problemas mentales, Syd Barrett, recibieron la visita de un hombre calvo, con sobrepeso y muy agitado. Varios miembros de la banda creyeron que era el amigo de alguien más hasta que terminaron por descubrir que era Syd, cosa que naturalmente dejó en un estado de shock a todos quienes lo conocieron tiempo atrás.
En ese contexto es que grabaron Wish You Were Here en gran parte de 1975: un trabajo que hace que los músicos responsables de su grabación recuerden el pasado con dolor, pero que al mismo tiempo se vio beneficiado por esto debido al hecho de que los captura en un momento muy peculiar de sus carreras en donde supieron balancear la locura del éxito cosechado con ese individualismo artístico que tan bien ha definido a Pink Floyd durante toda su excelsa trayectoria.
Esa sensación de tristeza, pesadumbre y confinamiento, permeado por ese tormentoso fantasma del pasado que fue la visita de Barrett, definitivamente se puede palpar desde el solemne comienzo de Shine On You Crazy Diamond. Es la canción más larga, más atmosférica y más ambiciosa de todo el trabajo, con la agrupación tomándose su tiempo en cada pasaje, como un pintor que sabe que es mejor hacer una pincelada soberbia que varias agitadas y sin enfoque.
Te da la bienvenida y te arropa con una guitarra de Gilmour que llora durante toda la composición, siendo esencialmente el vocalista de fondo que más necesitaba para relucir en su máxima expresión. Y es que esta canción ciertamente no es para todos; es lenta, parsimoniosa y llena de taciturna solemnidad, pero también es Pink Floyd en su esencia más pura y clara.
Es en este trabajo donde también comienza a sentirse ese sentido de alienación del resto del mundo que se notaría tanto en las composiciones y letras de los próximos álbumes. Y es que Welcome to the Machine, al menos en su estructura, su uso de múltiples instrumentos para efectos atmosféricos y el llanto tan poderoso que es la voz de Gilmour, parece ser un precursor de la obra maestra psicodélica de Roger Waters que sería The Wall en 1979.
La guitarra acústica domina con un aura cuasi oscura y rayando incluso en lo maligna, enfatizando unas letras que hablan acerca de la bienvenida a un mundo frío, carente de vida y en donde no pareciera haber luz alguna; es una demostración muy clara del estado mental de la agrupación en ese punto tan peculiar de sus carreras y la manera en que esas sesiones de estudio en Abbey Road, que ellos mismos han calificado como “sin dirección”, tomaron forma en un álbum que parece añorar un mundo que ya no existe y una calidez que parece haber muerto.
Tal vez un poco menos emocional y rasgadora es Have A Cigar. Es una de las canciones más conocidas en el catálogo de la banda y por buena razón: es un poco más directa que el resto de los temas en el álbum y hay un buen contrapunto de los teclados con las guitarras, contribuyendo a una atmosfera más estridente y casi majestuosa, retomando un poco ese sonido clásico de la banda a comienzos de la década de los setenta.
El tema título no necesita mucha introducción; todas las personas con un poco de conocimiento del mundo de la música han escuchado esa canción al menos una vez. Es un tema en donde Gilmour y su guitarra son los personajes principales y capturan la esencia de todo el álbum en unos cuantos minutos: añoranza, nostalgia y dolor por un pasado que no va a regresar se convierten en música y en un clásico atemporal de la música Rock que probablemente nos va a superar a todos con el paso del tiempo.
Cerramos el álbum con las partes finales de Shine On You Crazy Diamond, terminando este ciclo musical de una manera ambiciosa y majestuosa, característico de los Pink Floyd de esta época. Aquí se tiene un poco más de movilidad y de energía que en las primeras partes, como si tal vez estamos dejando atrás el estado de melancolía para quizás proceder a más y mejores cosas.
Como todo álbum de Pink Floyd, no es muy accesible y requiere un cierto grado de paciencia, pero es rico en melodías, atmosfera y fluidez. De hecho, es un trabajo muy representativo de Pink Floyd como agrupación.
Opinión
Wish You Were Here es un trabajo atemporal en la historia de Pink Floyd en el sentido de que es una muy buena representación musical de lo que ha sido la banda con el paso del tiempo y sus canciones tienen una manera bastante peculiar de sonar como si no pertenecieran a ninguna movida de ninguna época; suenan únicas y singulares, atrapadas en su propio mundo sonoro. Y eso es algo que siempre ha definido a Pink Floyd.
Y es que una de las mayores fortalezas de Pink Floyd como banda siempre ha sido que maximizan los recursos que tienen y llenan el vacío de varias canciones con un eco que parte de una nota de una guitarra, de una línea de bajo o de un teclado, retumbando en nuestras mentes por mucho tiempo. Esto es algo que podemos notar en temas como Welcome to the Machine o cualquiera de las partes de Shine On You Crazy Diamond; estamos hablando de composiciones en donde menos es más y en conjunto se transforman un compendio musical de escalas imperiales.
Si bien es cierto que Have A Cigar y Wish You Were Here se han convertido en las canciones más famosas del álbum, la realidad es que cada segundo de esta obra es un clásico sonoro no solo de Pink Floyd, sino también de la música Rock en general. Es uno de los trabajos más placidos de la agrupación británica, pero enrevesado con una pesadumbre y nostalgia que lo hace sobresalir dentro de su catálogo; es un contrapunto muy interesante a la frustración y locura hecha música que haría Waters con The Wall un par de años después.
En general, Wish You Were Here es uno de los mejores trabajos en la vasta trayectoria de Pink Floyd y la clave de eso radica en un soberbio manejo de la atmosfera, en entender que el vacío musical puede ser llenado por una nota en lágrimas (como lo hace la guitarra de Gilmour en múltiples canciones) y en dejar fluir las canciones con una naturalidad que solo esta banda conoce.
Simplemente un álbum generacional y esencial para entender lo que es Pink Floyd como grupo y un recordatorio de una era muy interesante en la historia de la banda.
Lista de canciones del disco Wish You Were Here
- Shine On You Crazy Diamond (Parts I–V)
- Welcome to the Machine
- Have a Cigar
- Wish You Were Here
- Shine On You Crazy Diamond (Parts VI–IX)»