Paul McCartney después de los Beatles
“Después de que Brian (Epstein) murió… Paul tomó el control y supuestamente nos lideró, ¿sabes? Girábamos en círculos… entonces nos separamos. Eso fue la desintegración. Pensé ‘eso fue suficiente’.”
– John Lennon en 1970 acerca del liderazgo de Paul McCartney.
Cuando los Beatles se separaron, fue una noticia que devastó el mundo de la música, pero nadie puede negar que de las cuatro leyendas que conformaban ese titán artístico, Paul McCartney era el músico que tenía más posibilidades de triunfar como solista y las décadas posteriores solamente lo confirmarían.
La trayectoria de Paul ha sido una de las más exitosas y consagradas en todo el planeta, siendo capaz de crear una infinidad de hits comerciales, grandes composiciones y básicamente expandir su legado como uno de los mejores músicos de todos los tiempos.
A continuación te contamos acerca de la carrera de Paul McCartney tras dejar los Beatles y las muchas vueltas que dio en el camino.
Diatribas y volver a empezar
“Estaba deprimido. Era muy deprimente. Te estabas separando de tus amigos de toda la vida. Lo comparamos con el ejército: habíamos sido compañeros de guerra por tanto tiempo, y ahora ya no los ibas a ver otra vez. Y no saber si iba a continuar con la música, eso era lo realmente deprimente.”
– Paul McCartney acerca de cómo se sentía tras la separación de los Beatles.
La primera aventura en solitario de McCartney sería con la publicación en 1970 de su primer álbum en solitario, simplemente llamado McCartney. En comparación con sus últimos años en los Beatles, este álbum era mucho más crudo en el sonido y estilo y todas las letras, instrumentaciones y vocales (con la excepción de un par de contribuciones de su esposa, Linda) fueron hechas de Paul, siendo un trabajo solista en toda la extensión de la palabra.
Vale la pena destacar que este trabajo fue publicado unos meses antes de que saliera Let It Be, lo que, de acuerdo a las leyendas, tuvo un impacto muy negativo en el seno de la banda, especialmente con John Lennon, quien supuestamente se sintió “traicionado” ante de la idea de que McCartney publicara un álbum por su cuenta cuando aún no habían anunciado la separación como tal.
De hecho, una vez que los Beatles se separaron, Lennon fue bastante claro en su opinión con respecto al debut en solitario de su compañero: “Creo que hará uno mejor, cuando esté más nervioso al respecto. Pero me parece que el primero fue mucho de… ¿Recuerdas lo que te dije cuando salió? Ligero y fácil.”
A pesar de todas las críticas y comentarios de sus antiguos compañeros de banda, McCartney llegó al primer lugar de los charts estadounidenses, demostrando desde el comienzo que el británico aún tenía poder comercial a pesar de la separación de la banda. Posteriormente, en 1971, contaría con la colaboración del baterista Denny Seiwell y una vez más de Linda para la grabación y publicación de su segundo álbum, Ram.
La segunda aventura en solitario fue un éxito en el Reino Unido y en Estados Unidos, como era la costumbre para McCartney desde los tiempos de los Beatles, y produjo el hit comercial, Uncle Albert/Admiral Halsey. Pero la apreciación del público y de los críticos parecía eludir a McCartney durante ese periodo de su carrera, con Lennon teniendo una reacción bastante negativa al corte Too Many People, que se trataba de una crítica al activismo de John que iba en ascenso por esos años y su más que discutida relación con Yoko Ono.
Esto tendría ramificaciones, con Lennon teniendo su propia respuesta con la canción How Do You Sleep?, atacando directamente a McCartney, y Ringo Starr uniéndose al conflicto con el tema Back Off Boogaloo, que incluso tiene un comentario acerca de la teoría conspirativa de que McCartney había estado muerto desde hace años. Como último detalle de esta situación, George Harrison tocó la guitarra en ambas composiciones de sus antiguos compañeros, así que es bastante claro decir que a principios de los setenta, Paul McCartney estaba en muy malos términos con ellos.
Wings: el intento de rehacerse
“Mucha gente me dijo ‘Forma un supergrupo con un montón de estrellas’, pero por alguna razón loca quería volver al principio y hacerlo como lo hicimos con los Beatles.”
– Paul McCartney acerca de la creación de Wings.
A principios de los setenta, aunque Paul McCartney había publicado dos álbumes solistas que habían tenido un éxito comercial más que sólido, su música estaba sufriendo y se estaba encontrando en un bache creativo causado por la depresión de saber que el mayor logro artístico de su carrera, los Beatles, ya no existía.
Así que decidió tomar una decisión un tanto interesante y controversial considerando su posición como uno de los músicos más importantes del mundo: formar una nueva banda con músicos poco conocidos y empezar de cero otra vez. Contaría con el apoyo y contribución de su esposa, Linda, Seiwell una vez más en la batería, el antiguo guitarrista de los Moody Blues, y el guitarrista Henry McCullough, llamando a la banda Wings.
Un aspecto cuanto menos anecdótico del deseo de McCartney de comenzar desde cero con Wings era el hecho de que se tomó muy a pecho dicho deseo y organizó una gira en recintos universitarios en 1972 para presentar a la banda con poca o nada de promoción o campañas de marketing, viajando en una van económica y básicamente repitiendo sus primeros años con los Beatles para, de acuerdo a su visión, recuperar el hambre que había perdido como músico.
Esta gira de conciertos en el Reino Unido le dio más confianza a McCartney en su música y en volver a lo grande a la música, por lo que se embarcaron en una gira europea en donde se basaron en tocar temas nuevos de Wings y cortes de la carrera en solitario de Paul. 1973 sería particularmente bueno para la banda con la publicación de su segundo álbum, Red Rose Speedway, que produjo uno de los primeros grandes hits de la agrupación, My Love, que estuvo en la cima de los charts estadounidenses.
Por supuesto, el punto consagratorio de Wings fue el single que produjeron para la película de James Bond que tenía el mismo título, Live and Let Die. Esta canción ha pasado a ser uno de los cortes más importantes y característicos de la trayectoria de McCartney, sin mencionar que el más conocido de esta banda y un hit monumental que los posicionó en otra escala en el negocio de la música.
1973 demostraría ser tal vez el mejor año para el británico desde que separaron los Beatles. Seiwell y McCullough dejarían la banda, pero Linda y Paul seguirían adelante, publicando quizás el trabajo más significativo en la historia de Wings, Band on the Run. Sería un éxito monumental, convirtiéndose rápidamente en uno de los diez álbumes más vendidos de la década y muchos de los singles llegaron a estar en la cima de todos los charts del Reino Unido y los Estados Unidos.
Tras este año, Wings ya no eran un grupo experimental de Paul McCartney o una banda poco conocida: eran una agrupación de talla mundial que ahora debía complacer las expectativas de una audiencia muy vasta. Es por eso que consiguieron avanzar aún más con dos álbumes en 1975 y 1976 que se volverían de platino rápidamente, Venus and Mars y Wings at the Speed of Sound, respectivamente.
La gira en la que se embarcó Wings en 1975 fue la más grande de la banda hasta ese momento y la más extensa de McCartney en casi una década, llegando a tocar temas de los Beatles en vivo por primera vez en mucho tiempo. Cuando llegaron a Estados Unidos para una ambiciosa gira en múltiples arenas y estadios, grabaron el más que recomendable triple LP en vivo, Wings over America, que tal vez sea el mejor concierto grabado de la banda hasta el momento.
Las alas cortadas
“Tuvimos algunas experiencias muy graciosas. Mirando atrás, de verdad me alegra que lo hayamos hecho.”
– Paul McCartney acerca de lo que fue Wings.
Para finales de la década de los setenta, se podría decir que Paul McCartney había regresado a la cima del negocio de la música y estaba tan vigente como lo había sido hasta ese punto de su magna trayectoria. En 1977 publicó con Wings el single Mull of Kintyre, que llegaría a convertirse no solo en el single más exitoso de la historia de la banda en términos comerciales, sino también uno de los más exitosos de la carrera de McCartney y la historia de la música británica.
A pesar de que Wings era para todos los efectos un titán comercial en lo que tenía que ver con el mercado, las críticas no estaban terminando por ser favorables, y McCartney comenzaba a sentirse cada vez más desanimado con la banda por esa reacción del público. Por ejemplo, su álbum de 1978, London Town, fue otro gran éxito para la banda y uno de sus singles, With a Little Luck, tuvo una gran preponderancia en los Estados Unidos, pero no terminó de convencer desde un punto de vista artístico, lo que afectó a McCartney.
Para el año siguiente publicarían Back to the Egg, que seguirían la misma tónica de vender mucho pero no gustar. Una diferencia a otros álbumes que McCartney decidió contar con la impronta de un supergrupo llamado Rcokestra en algunas de las composiciones; este grupo contaba con músicos de la talla de David Gilmour, John Paul Jones, John Bonham o Pete Townshend, pero eso no evitó que el trabajo tuvieras mejores recepciones y eso solo frustró cada vez más a Paul.
En ese mismo 1979 harían su última gira promocional, en donde tocarían algunas canciones de los Beatles que nunca habían sido interpretadas en vivo, como era el caso de Let It Be. Aunado a eso, McCartney comenzaría a tomar el ruedo con su carrera solista una vez más y terminaría de cerrar la trayectoria de Wings en 1981 tras algunas disputas legales con respecto a las regalías.
De vuelta al ruedo
“No funciona así. Eso eran los Beatles. Wings era menos desafiante. Ahora se entiende que ‘Es tu banda’.”
– Paul McCartney muchos años después si en su banda solista lo desafiaban con opiniones contrarias.
Paul McCartney pareció haber desarrollado un hábito de publicar un álbum solista previo a la disolución de su banda actual: un año antes de que Wings se separara, el británico publicaría su tercer álbum en solitario, McCartney II, que estuvo de primero en los charts ingleses y en el top 3 de los estadounidenses.
Ya el músico inglés sentía que no había más que pudiera dar con Wings, por lo que decidió embarcarse en una nueva carrera en solitario donde tal vez podría llegar a gozar de una mayor libertad creativa y una nueva perspectiva artística.
Lo que vino a continuación fue un punto muy interesante en la trayectoria de McCartney: si bien es cierto que se mantuvo muy activo en gran parte de la década de los ochenta, el otrora líder de los Beatles optó por colaboraciones con muchos músicos de su envergadura y repercusión, llevándolo a lo que podría ser considerado como el tercer periodo de su trayectoria: el de la estrella absolutamente consagrada que solo estaba haciendo música para su propio entretenimiento.
También vale la pena destacar que fue hace solo unos años atrás que McCartney y Lennon finalmente pudieron hacer las paces y dejar atrás todos los problemas que habían minado su relación en los últimos tiempos de los Beatles, lo que, posterior a la trágica muerte de Lennon, fue muy importante para Paul.
McCartney le contaría a la revista Rolling Stone muchos años después acerca de la reunión que tuvo con Lennon en donde sanaron su relación tan dañada: “Él (Lennon) me abrazó. Fue genial porque eso era algo que normalmente no hacíamos. Él me dijo ‘Es bueno tocar’. Siempre recordé eso: es bueno tocar.”
Los Beatles siempre han sido, y siempre serán una parte fundamental y absoluto en la carrera y vida de Paul, por lo que al menos haber hecho las paces con Lennon fue una manera saludable –especialmente para alguien conocido por tomarse sus aventuras musicales muy a pecho- fue algo clave para poder seguir adelante con su carrera.
Los ochenta y la época de colaboraciones
“La gente dice que la edad es un número. Es un gran número a medida que envejeces. Pero si no interfiere, no me molesta. Puedes ignorarlo. Es lo que yo hago.”
– Paul McCartney acerca de envejecer.
Una de las primeras colaboraciones que definieron este nuevo periodo de la trayectoria de Paul McCartney fue la que hizo con la leyenda Stevie Wonder en el single Ebony and Ivory, que fue publicado en el nuevo trabajo solista del británico de 1982, Tug of War, rápidamente convirtiéndose en un hit monumental para ambos músicos.
Otra colaboración importante fue su contribución en el corte The Girl is Mine en el álbum Thriller de Michael Jackson, rápidamente cimentando el retorno de McCartney a la escena musical más en boga de la época, aspecto por el cual se caracterizaría con el paso de los años. En 1984 trabajaría una vez más con Jackson en el single Say Say Say, que se convertiría en el hit más exitoso de McCartney hasta 2014.
Ese mismo año, y producto de un deseo artístico bastante peculiar para la época, McCartney produciría, protagonizaría y escribiría el musical Give My Regards To Broad Street, obra en la que también hizo todas las canciones y cuyo soundtrack publicó como un álbum aparte. La obra contaría con la actuación de su antiguo compañero de los Beatles, Ringo Starr, y sería bastante mal recibida por la crítica, aunque vale la pena destacar que la recepción por el álbum fue muy buena, así que la inexperiencia en musicales de McCartney pudo haberle jugado una mala pasada en este proyecto.
Uno de los mayores logros de ese álbum en particular fue la canción No More Lonely Nights, en donde se contó con la colaboración de David Gilmour en la guitarra. Se podría decir que este álbum caracterizó al Paul McCartney de la década de los ochenta: una leyenda del negocio de la música que estaba haciendo los proyectos que le gustaban junto a músicos del más alto calibre, produciendo hits tras hits sin ningún tipo de problema.
Uno de los momentos más anecdóticos de esta década para Paul McCartney fue su actuación en el Live Aid debido a que su equipo de sonido tuvo muchas problemáticas y su voz no se podía escuchar, por lo que se tuvieron que tomar un tiempo para poder arreglarlo. A pesar de que ya había consumido todo su tiempo en el escenario, músicos de la talla de David Bowie, Pete Townshend y Alison Moyet se le unieron para tocar un par de canciones en semejante ocasión.
Otra anécdota muy interesante de este periodo fue su álbum Choba B CCCP, que por un tiempo solamente estuvo disponible para la Unión Soviética y consistía de dieciocho covers que Paul grabó en dos días junto a una banda de apoyo.
Nueva etapa de crecimiento y experimentación
“No creo que ninguno de los dos jamás pensó por qué hacerlo, o por qué no hacerlo. Es simplemente que nuestros caminos son paralelos, con intersecciones y separaciones.”
– Paul McCartney acerca de hacer una reunión de los Beatles con Ringo Starr.
Para 1989, McCartney publicó un álbum que hizo en colaboración con Elvis Costello, llamado Flowers in the Dirt, que fue un trabajo considerablemente sólido para ese punto de su trayectoria y en donde volvió a contar con la impronta de su buen amigo David Gilmour, específicamente en la guitarra.
1989 seguiría siendo un año fenomenal para McCartney, formando junto a su esposa Linda una banda para hacer su primera gira mundial en casi una década, volviendo a pasar por otra etapa de crecimiento en su carrera. La Paul McCartney World Tour comenzaría ese mismo año y alcanzaría el record mundial de mayor asistencia en un concierto, con más de 184.000 personas en el estadio Maracaná de Rio de Janeiro. Publicaría el triple álbum en vivo, Tripping the Live Fantastic, en donde habrían varias actuaciones de dicha gira.
La década de los noventa fue, una vez más, un giro interesante en la trayectoria de McCartney puesto que se aventuró en el mundo de la música sinfónica, esta vez colaborando con la Sociedad Filarmónica Real de Liverpool, comenzando con una gran apertura en Londres y luego con una gira mundial. La crítica fue dura con el proyecto, pero McCartney dijo que estaba bien y que “habían obras que no son valoradas inicialmente, pero con el paso del tiempo eso cambia”.
En 1991 se mantendría muy activo, contribuyendo a la moda de esa época de los conciertos acústicos en MTV, que posteriormente publicaría como Unplugged (The Official Bootleg). También publicaría un álbum de música electrónica –probablemente su primer gran alejamiento musical muy marcado en su extensa carrera- con Youth de Killing Joke, titulado Strawberries Oceans Ships Forest, en 1993.
A comparación de la década de los ochenta, en donde se enfocó más en colaboraciones y en solo un par de álbumes, estos años marcarían un cierto retorno del McCartney más activo de los sesenta y setenta, publicando un álbum de Rock más contundente en ese mismo 1993, llamado Off the Ground, y comenzó otra gira mundial que sería una de las más exitosas para él en los últimos tiempos.
Los siguientes cuatro años verían a McCartney principalmente enfocado en colaborar con George Harrison y Ringo Starr en el proyecto de las antologías de los Beatles para la nueva generación de oyentes, mientras que hacía uno que otro experimento al costado, como podía ser su serie de radio llamada Oobu Joobu.
En 1997 volvería al ruedo con la publicación de su trabajo Flaming Pie, en donde contaría con las vocales y batería de Ringo en Beautiful Night. Seguiría el éxito de esta obra con otra incluso más grande e incluso más exitosa: un álbum de música clásica llamado Standing Stone, que fue un hit avasallante en gran parte de los Estados Unidos y el Reino Unido.
El año 1998 se vería marcado por su colaboración con Youth una vez más en un proyecto llamado The Fireman, que era otro álbum de electrónica llamada Rushes. Pero por encima de todo, 1998 sería recordado como el año en que su esposa Linda falleció de cáncer, lo que tuvo un impacto profundo en Paul y lo instó a hacer Run Devil Run en 1999: un álbum de covers que siempre pospuso y que Linda le instó por muchos años a hacer; aquí contaría una vez más con David Gilmour e Ian Gilla de Deep Purple.
Cerraría la década de los noventa con un álbum experimental de música clásica llamado Working Classical, pero más importante aún fue su concierto de tributo a su esposa en 1999 que recaudó para caridad llamado Concert for Linda, en donde McCartney tocó en la magna localización que es el Royal Albert Hall.
Paul McCartney la época moderna
“Es muy difícil. No puedes superar a John. Y John no puede superar a Paul.”
– Paul McCartney acerca de tener iguales en el mundo de la música.
El nuevo milenio cambiaría muchas cosas, pero Paul McCartney se mantendría siendo igualmente de inquieto en lo musical, siempre buscando nuevas maneras de impactar a su audiencia, y esto se demostró con su tercer álbum de electrónica, Liverpool Sound Collage de 2000, en donde tomó influencias de los sonidos electrónicos de la década de los sesenta que le habían fascinado durante esos años.
En el 2001 hizo un álbum llamado Driving Rain, en donde tenía una canción dedicada a los eventos de las Torres Gemelas de ese mismo año, llamada Freedom. El año siguiente se marcaría un hito bastante significativo en la trayectoria de McCartney: formaría una banda para su nueva gira mundial, que consistiría de los guitarristas Brian Ray y Rusty Anderson, Paul “Wix” Wickens en los teclados y Abel Laboriel Jr. en la batería.
Hasta el día de hoy, esta alineación sigue tocando en vivo y se ha convertido en el grupo de músicos con el que Paul ha tocado por más tiempo en su vasta trayectoria, superando incluso a los Beatles.
En el 2002 participó en el primer concierto tributo de aniversario a su compañero George Harrison, además de participar en el Super Bowl de ese año, sin mencionar también el del 2005, cimentando aún más su estatus como una leyenda de la música. En 2005 publicaría uno de sus trabajos más rockeros en los últimos tiempos, Chaos and Creation in the Backyard, en donde hizo la gran mayoría de la instrumentación, cosa que no había hecho por muchos años.
El año siguiente, como se estaba volviendo una costumbre en su carrera en ese punto, un álbum bastante opuesto al anterior, como era el caso de Ecce Cor Meum, que tenía un enfoque mucho más clásico, lo que volvería a ser contrastado en 2007 con el Rock de Memory Almost Full y su tercer trabajo de electrónica con The Fireman, Electric Arguments.
A finales de la década volvería a los escenarios y a las giras tras un descanso de cuatro años, manteniéndose vigente hasta el día de hoy.
Conclusiones sobre Paul McCartney
“La música es como un psiquiatra. Le puedes decir cosas a la guitarra que no le puedes decir a las personas.”
– Paul McCartney acerca del enfoque emocional de sus canciones.
2011 mostraría otro logro para la trayectoria de McCartney: el New York City Ballet, liderado por Peter Martins, le pediría hacer la música en una colaboración titulada Ocean’s Kingdom.
Los posteriores años verían a McCartney haciendo múltiples conciertos de inauguraciones de nuevas propiedades, conciertos para celebrar diferentes logros de su trayectoria, colaboraciones en vivo con diferentes artistas como Dave Grohl, y publicar New en 2013, uno de los trabajos que más recepciones positivas en su carrera y que incluso algunos han visto como un clásico moderno.
En 2018 publicaría Egypt Station, que sería otro trabajo sólido precedido de varios años en donde su legado ha crecido más y más, con múltiples músicos modernos celebrando sus contribuciones y lo que ha llegado a influir en ellos, tomando el caso de músicos que tal vez a priori no se considerarían como tal, como puede llegar a ser el caso de Kanye West.
De hecho, hay que mencionar un último logro conseguido por McCartney: Egypt Station se convirtió en su primer álbum en 36 años en estar en la cima de los Billboard 200 y el primero en debutar en dicha cima, confirmando, por enésima vez, que ese muchacho que se enseñó solo a tocar y hacer música en Liverpool es uno de los mayores baluartes de la cultura occidental y un símbolo de todo lo que es y puede llegar a ser la música.