Los Beatles, los últimos años
“Lo que Paul y la banda han hecho vivirá para siempre.”
-Dave Grohl en los Grammys.
Hay pocos grupos musicales y artistas en general que pueden presumir de trascender el paso del tiempo; de lograr ser una referencia para varias generaciones y que sus creaciones tengan un toque atemporal que las mantenga válidas, indiferentemente de que las leamos, escuchemos o veamos en diez, veinte, treinta o más años.
Se puede decir que el paso del tiempo es el máximo desafío de un artista.
En un juego de maestros, los Beatles fueron los que mejor lo entendieron y eso se ha mostrado con el paso de los años: no hay una sola persona con el mínimo de conocimiento de la historia de la música que no haya escuchado del grupo, de John, Paul, George y Ringo y todo lo que construyeron.
Lo que hace aún más increíble que todo su éxito y repercusión haya sucedido en una sola década; que todo el poderío, clase y evolución del que presumieron durante su seguidilla de trabajos magistrales haya sucedido en aproximadamente solo diez años. Hay bandas que llevan treinta o cuarenta años y no han alcanzado ni una décima parte de lo que lograron los Beatles.
Entonces, ¿por qué se separaron? ¿Qué es lo que los llevó a semejante punto de quiebre? Vamos a averiguarlo en las próximas palabras.
Álbumes sempiternos
En artículos como éste, en donde tenemos que mirar a eventos que ya se han dado y que sucedieron hace tanto tiempo, es que nos permite analizar el contexto y las situaciones que se desarrollaron con mucha más frialdad.
Y es que si analizamos en retrospectiva, los Beatles a finales de los 60s eran el grupo más poderoso y exitoso del planeta y lo habían hecho de una manera tan avasallante que su influencia en la música occidental aún se siente en nuestra época; no por nada aún siguen obteniendo buenos números en plataformas como Spotify.
Más allá de la imagen icónica, de la rebeldía de John Lennon o la clase de Paul McCartney, más allá de que representaron a una generación que necesitaba del espíritu libre y desenfadado del Rock ‘N’ Roll, fueron las canciones y los álbumes los que posicionaron a los Beatles como el grupo absoluto de esos años.
St. Pepper…, The White Album, Yellow Submarine, Abbey Road… estos son trabajos que han sobrevivido el paso del tiempo y que no solo han sido éxitos comerciales de antología, sino también una prueba de que los Beatles no solo eran un grupo Pop al uso, sino también unos músicos que tenían una genuina curiosidad musical y que explotaron al máximo.
Reinventando la rueda
El Pop ya no es lo que una vez fue y es entendible por qué las generaciones modernas de aficionados al Rock no tengan mucho aprecio del género: hoy en día este género se enfoca mucho en producciones de estudio forzadas, en la estética que sea el sabor del mes y en simplemente crear algo lo suficientemente pegajoso para que se quede en la mente del oyente.
En los 60s, el Pop era un género musical mucho más fructífero y prolífico, con muchos grupos y músicos tomando influencias del Jazz, del Blues, del Rock de los 50s, del R&B y mucho más, para poder hacer canciones que tuvieran ganchos, pero que al mismo tiempo disfrutaran de una textura y musicalidad que hoy en día no se percibe en el Pop Moderno.
Si bien es cierto que la mezcolanza de Rock y Pop de los Beatles era bastante marcada en sus comienzos, también hay que decir que el estrellato y los millones de álbumes conseguidos no cegaron ni detuvieron sus deseos de expandirse. Cientos de entrevistas con John, Paul, George y Ringo tras la separación de la banda y con sus respectivos proyectos solistas han mostrado individuos con una genuina curiosidad musical y que ven esta forma de arte como un medio por el cual pueden desafiarse diariamente.
Eso es lo que hizo la segunda mitad de los 60s tan fascinante para los Beatles: ya con el trono conquistado decidieron expandirse y volverse cada vez más experimentales, con la impronta de la archiconocida Lennon-McCartney y George y Ringo agregando el talento y la habilidad para componer que solo músicos de su calibre pueden aportar.
Hubo un punto, durante la cumbre de la “Beatlemania”, que Brian Epstein, manager esencial en el estrellato de la banda, les ofreció a los cuatro miembros un salario semanal de cincuenta libras esterlinas, que con la inflación moderna equivaldría a unas mil libras, aproximadamente. Considerando que las bandas, incluso aquellas de altísima estatura, recorrido y éxito, no reciben un salario semanal, esto era un beneficio bastante increíble y provechoso.
Los cuatro rechazaron. ¿La razón? Sabían que ellos valían más que ese monto y que podían obtener más.
Se puede decir que eso fue una postura avariciosa, pero también es un claro ejemplo de que los Beatles, incluso en su apogeo, no estaban conformes con lo que habían logrado y querían más, sentimiento que se mostraba en los álbumes cada vez más experimentales y con músicos cada vez más profesionales y capaces de maximizar su talento.
Los conciertos (y la falta de los mismos)
“Solo hay dos opciones: vamos a hacerlo o no vamos a hacerlo, y quiero una respuesta ahora.”
-Paul McCartney a John, Ringo y George en 1969 acerca de su indecisión por volver a tocar en un escenario por primera vez en años.
Los últimos años de los Beatles estaban caracterizados por ciertos aspectos (la relación de John con Yoko Ono, la creciente experimentación en sus álbumes y el distanciamiento entre los miembros de la banda), pero uno de los más imperantes era el hecho de que la banda, a partir de 1966, decidió no tocar más conciertos en vivo.
Esto es un factor bastante significativo porque las actuaciones en vivo fueron lo que puso a los Beatles en el mapa del mundo de la música, más allá de los brillantes temas que compusieron.
Los conciertos en vivo fueron un elemento esencial para que los Beatles pudieran conquistar el mundo de la música, desde los tiempos en los que se llamaban los Quarrymen y George y Ringo aún no eran miembros de la banda.
Fue a través de su primera gira en Escocia y fuera de Inglaterra, sus primeras estadías en Hamburgo y su primer concierto en Estados Unidos que sucedieron algunos de los puntos cumbres para que la banda de Liverpool pudiera alcanzar las alturas que alcanzaron con el paso de los años.
Pero en 1966, tras tantos años de gira y con una cantidad incontable y creciente de seguidores que llevaban a extremos cada vez más pronunciados su algarabía para estar cerca de sus ídolos, los Beatles decidieron dejar de tocar en vivo. Y la verdad era muy cruda: simplemente ya no lo necesitaban.
La muerte de Brian Epstein
“Los Beatles no tienen futuro en el negocio de la música.”
-Comentario de Decca Records cuando rechazaron a los Beatles.
La figura de Brian Epstein es un factor vital para poder comprender por qué los Beatles se convirtieron en un fenómeno mundial. Y es que por más buena que sea una banda, el aspecto de marketing y el entender cómo funciona el negocio es esencial para alcanzar mayores estratos de éxito; los Beatles comenzaron a entender esto mediante la tutela de Brian Epstein.
Brian había tomado al grupo bajo su ala a principios de los 60s y mediante su tutela los chicos de Liverpool hicieron la transición de una típica banda de bares y clubes a ser EL grupo del mundo. Todo esto incluyó un cambio de estética a la imagen icónica de la banda, una agresiva inversión en marketing y en mantener un cierto orden en el seno de la banda para que John, Paul, George y Ringo se enfocaran solamente en la música.
Eso no quiere decir que la vida personal de Brian fuera la más sencilla y todo el estrés de su trabajo, además de muchas otras circunstancias, derivaron en su suicidio en 1967. Pero han surgido una serie de discusiones acerca de los motivos por los cuales Brian tomó esa decisión.
A medida que los Beatles crecieron, se volvió mucho más complicado que Brian pudiera manejar y gestionar a un grupo que, si bien aún era productivo y eficiente, ya no eran los niños sin un futuro claro que él había acogido. Paul se había convertido en un líder y en 1967 despidió a Brian, argumentando que él podía administrar los conciertos, las producciones en estudio y todo lo referente al marketing; los Beatles se sabían demasiado poderosos, influyentes e importantes para necesitar a un manager.
Mal que bien, Brian se fue en buenos términos y no hizo mucho alboroto al respecto, pero esto sí tuvo repercusiones en él ya que su trabajo era una gran parte de lo que él fue. También estaba el tema de su sexualidad: a mediados de los 60s aún existía la penalización por ser homosexual e incluso estuvo una vez en la cárcel por eso (hubo un rumor de un amorío con John Lennon en su momento, pero eso nunca fue confirmado).
La mezcla de haber perdido lo que fue el trabajo de toda su vida –erigir a un grupo para que alcanzaran un éxito nunca antes percibido- y el hecho de que su propia preferencia sexual fuera algo que no pudiera ni reconocer a vox populi, sin mencionar una profunda acción a las drogas que agravaron su ya frágil psiquis, fueron demasiado para Brian y terminó por quitarse la vida ese mismo 1967.
Los cuatros miembros de los Beatles lamentaron mucho su muerte y, basados en las declaraciones que dieron en años posteriores, no hay motivos para dudar de eso: más allá de que ya no se veían necesitados de un manager, sabían que Brian fue una parte vital para que llegaran a donde llegaron.
El que siguió persistiendo cuando Decca Records les dijo que no tenían futuro.
Paul el terrible
“Los Beatles fueron los primeros en encontrar ese punto medio entre el artista y el intelectual, manteniéndose al mismo tiempo en las calles.”
-Keith Richards.
La progresión de una persona con el paso de los años siempre es algo fascinante de observar porque muchas veces es increíble cómo alguien puede ser de un modo en su juventud y crecer para convertirse en alguien diametralmente opuesto; es esa dicotomía la que hace al ser humano tan fascinante.
Paul McCartney es un gran ejemplo de esa progresión humana. El inglés había crecido en un hogar de familia acaudalado y había tenido una muy buena educación, complementado con una formación académica en todo lo que tenía que ver con música. Y como persona, el joven Paul era un muchacho un tanto reservado y que no tenía la facilidad de John Lennon, su futuro amigo y colega, para confrontar a las autoridades.
Si miramos a los últimos años de los Beatles, Paul distaba mucho de ser ese muchacho tranquilo de Liverpool por diversas razones. Y si bien es cierto que la influencia de la novia de John Lennon, Yoko Ono, tuvo su preponderancia en la separación de la banda, el rol cada vez más autoritario de Paul también jugó un rol muy importante.
Paul McCartney asumió el rol de líder de la banda en todo lo que concernía a la faceta administrativa y cada vez mostraba nociones más claras de cómo quería que fuera la banda, lo que derivó en mayores problemáticas entre ellos.
Se sabía importante y no iba a dejar que nadie de la banda no estuviera al tanto de este hecho, por lo que no es extraño escuchar que esto fue uno de los factores claves en los últimos años de los Beatles para su eventual separación.
John ya no podía más
“En el momento en el que entramos en el estudio tú ya tienes cinco o seis canciones hechas y yo pienso ‘Mierda, yo no puedo mantener ese ritmo’, así que simplemente lo aceptaba y lo dejaba pasar.”
-John Lennon a Paul McCartney en una reunión para separar a la banda.
John Lennon siempre fue una persona de inquietudes e intereses marcados y eso es algo que lo definió hasta el día de su muerte. Es por eso que su postura durante la creciente influencia de McCartney en la banda fue el detonante que derivó en la separación de los Beatles.
Si bien es cierto que Yoko Ono tuvo una influencia importante en la vida de John, cambiando muchas perspectivas que él tenía sobre la vida, la realidad es que él veía a los Beatles como su banda ya que la había fundado como los Quarrymen cuando eran apenas adolescentes y él había sacado al grupo adelante en tan complicados comienzos, pero poco a poco comenzó a perder el rol protagónico al que estaba acostumbrado.
Se podría decir que era un tema de egos, pero de cierta manera estaba justificado: John había escrito algunas de las canciones más icónicas y exitosas de la banda, siendo la figura principal, pero a medida que su música se volvía más variada y experimental, Paul McCartney se volvía un músico cada vez más empoderado dentro del seno de la banda.
Pero por mucho tiempo John se guardó esos sentimientos y prosiguió con la banda en una suerte de piloto automático, dejando que Paul tomara el volante y que él no tuviera un medio artístico por el cual expresar su arte. Esto fue un factor esencial para lo que sería la separación de la banda en 1969, cuando se reunirían para dar fin a la cuestión.
Un final no tan feliz
“El monstruo de cuatro cabezas.”
Los Beatles siempre fueron un grupo de cuatro mentes en lo que tenía que ver con la composición de la música, pero el final de la banda estaba totalmente marcado por John Lennon y Paul McCartney. Y es que la realidad de los Beatles era muy sencilla: no puedes hacer a los Beatles sin John Lennon.
Así que cuando decidió anunciar su salida del grupo, ninguno de ellos lo tomó muy bien, especialmente Paul; sentía que el sueño, tal como diría John luego, había terminado.
Pero incluso eso no terminó de buena manera: John había decidido ser el primero en anunciar el final de la banda a la prensa. “Yo comencé la banda, yo debería haber sido el que la terminara,” diría en una de las múltiples biografías de los Beatles, pero eso se le fue arrebatado por Paul.
Al final de todo, los últimos días de los Beatles serían como sus estertores de vida musical: un cuarteto que simplemente no pudo ni siquiera cómo acordar el anuncio del final.
Beatles eternos
“Los Beatles fueron una banda, por supuesto, yo amo su música. Pero también fueron una fuerza cultural que demostró que estaba bien ser diferente.”
-Gene Simmons.
Cada uno tomó su rumbo en el horizonte.
Paul, siempre deseoso de hacer música y de alcanzar las estrellas hasta convertirse en una, cementaría una notable carrera en solitario que se mantiene hasta nuestros días.
Ringo seguiría en la música a través de diferentes formas y proyectos, siempre dejando una imagen digna de lo que una vez fue y sin tratar de vivir mucho de su glorioso pasado.
George, tal como era su naturaleza, estableció una carrera solista en donde hizo todo con un cierto bajo perfil, enfocándose más en hacerse feliz a sí mismo hasta su muerte en 2001.
Y John… todos sabemos lo que le pasó a John. Una carrera en solitario muy exitosa, apoyado por Yoko y demostrando que, a pesar de todas sus dificultades en los últimos años, había vida después de los Beatles. Todo eso truncado por un hombre desequilibrado mentalmente que decidió un día tomar la vida de uno de los más grandes íconos de la música mundial en 1980. Una muerte muy temprana para un artista que hizo mucho en el tiempo que le dieron en esta tierra.
Pero más allá de su muerte, los Beatles siguen. Incluso ahora, medios como Spotify los siguen mostrando como un éxito entre los jóvenes y muchas generaciones han crecido escuchando a John, Paul, George y Ringo al máximo de su capacidad.
Nunca morirán porque su legado es el de la música misma: el legado de que si lo deseas, persistes y eres sincero, tú puedes hacer la diferencia con una guitarra.
Los Beatles fueron el legado de lo que uno puede hacer en este mundo.