Electric Light Orchestra
“…solo soy alguien que es bueno en algo. Eso es todo. Soy malo en todo lo demás.”
– Jeff Lynne cuando le dijeron que era un genio en una entrevista de 2015.
Hablar de Electric Light Orchestra siempre es interesante porque es uno de esos grupos con una trayectoria bastante colorida, variada y con muchos giros: es una de esas bandas que si bien no tuvieron un éxito arrollador, lograron establecerse de manera bastante sólida y crear una serie de álbumes que son musicalmente fascinantes, pero al mismo tiempo tienen un cierto grado de accesibilidad.
Si bien es cierto que esta banda siempre ha sido el bebé del multi-instrumentista Jeff Lynne, Electric Light Orchestra se ha beneficiado de contar con una plétora de músicos de gran nivel que han contribuido para hacer de esta agrupación una de las más multifacéticas del género.
A continuación hablaremos de Electric Light Orchestra, su trayectoria y todos los eventos que los convirtieron en el grupo que son hoy en día.
La relevancia histórica de la Electric Light Orchestra
“Era un desastre, tratar de tocar en vivo. Tocar en vivo nunca ha sido de mi gusto. Nunca lo ha sido, pero me ha disgustado desde el comienzo.”
– Acerca de tocar en vivo durante los comienzos de la banda.
Como hemos mencionado anteriormente, Electric Light Orchestra es el bebé de Jeff Lynne y él ha sido el foco principal del grupo, muchas veces incluso haciendo toda la música por su cuenta.
Electric Light Orchestra puede llegar a ser considerado como uno de los primeros grupos en la historia de la música que lograron combinar música clásica con Rock de una manera tan eficiente y talentosa, siendo tal vez solo superados por el directo de Deep Purple de los 60s, In Concerto, en donde tocaron con una orquesta.
Si bien es cierto que trabajos como Face the Music o Out of the Blue son grandes trabajos y que justifican la consideración mundial de esta banda como una de las más exitosas e interesantes que surgieron en la década de los setentas, es fascinante analizar a Electric Light Orchestra, y por extensión a Jeff Lynne, desde una perspectiva más general por un momento.
En los primeros catorce años de su existencia, desde 1972 hasta 1986, este grupo produjo once álbumes, siendo el grueso de su discografía y el material que los ha asentado en el panteón del Rock. Esto es un ritmo de producción notable, especialmente considerando el nivel de dedicación que le imprimía Lynne y el hecho de que los arreglos de las canciones requerían un enfoque muy minucioso.
Este deseo de hacer el álbum perfecto es algo que muchos músicos han expresado con el paso de los años y explica cómo hay bandas que cada vez se tardan más en producir un trabajo a medida que progresa su carrera, pero en el caso de Lynne esto se ha convertido en su aspecto característico y que incluso lo llevó a convertirse en un productor exitoso y respetado entre sus colegas.
“Desde el instante en que hice mi primer álbum, en 1968, supe que esto era lo que más me gustaba hacer; no podía esperar volver y hacer otro. Nunca tuve esta urgencia por tocar en vivo. De hecho, me parecía un fastidio porque podía pasar meses estando de gira pensando ‘Mierda, podría estar en un estudio’”, diría Lynne en una entrevista hace un par de años.
Este grupo fue concebido en sus comienzos como una continuación lógica de la experimentación musical de los Beatles en sus últimos trabajos, y si bien es cierto que uno puede encontrar una conexión a través de esto, hay que destacar que Electric Light Orchestra lo llevó a otro nivel, convirtiéndose en el modus operandi de una banda que parecía tener un cierto toque vanguardista en la mayoría de sus mejores trabajos.
Ya desde la idea, este es grupo que marcó una diferencia porque tenía una perspectiva diferente de hacer las cosas y Lynne se convirtió en uno de los músicos más detallistas y precisos, cual reloj suizo que busca que lo que está en su mente sea plasmado con el mayor grado de exactitud; no siempre funcionaba, por supuesto, pero uno no puede hacer más que admirar la perseverancia del hombre.
Los comienzos de la ELO
“Yo no me considero una estrella. Me considero un compositor, un cantante, un productor y un guitarrista.”
– Jeff Lynne acerca de lo que significa ser una estrella para él.
Como muchas bandas agrupaciones que surgieron a finales de los sesenta y a principios de los setenta, Electric Light Orchestra comenzó en la ciudad de Birmingham, Inglaterra. Irónicamente, el concepto básico de lo que se convertiría ELO, la abreviación popular del nombre de la banda, no provino de Jeff Lynne, sino de un sujeto llamado Roy Wood.
Aunque es una figura que ya no tiene tanta predominancia en la leyenda del grupo, la figura de Roy Wood es esencial porque dio génesis a todo. En 1968, Wood era el guitarrista, vocalista y principal compositor de un pequeño grupo de Rock de la zona de Birmingham llamado The Move que no tenía mucha relevancia en la zona, pero que ya tenía cierto recorrido.
Wood le presentó la idea a Lynne, quien por ese entonces estaba haciendo de vocalista en otro grupo local llamado The Idle Race, acerca de que podían formar un grupo que combinara los elementos del Rock, del Pop de la época y los instrumentos de la música clásica como los cellos, violines e incluso cuernos, concepto que por supuesto atrajo enseguida a Lynne.
Tal como señalamos anteriormente, la influencia de los Beatles era notoria en estos dos músicos –la época influyó, por supuesto; a finales de los sesenta los Beatles estaban en la cúspide de su popularidad- y el sonido de su etapa reclusos en el estudio, tal vez una influencia en Lynne a posteriori, se volvió la base en la que giraría el concepto de Electric Light Orchestra.
Debuts y sonidos
“¡Todos esos hípsters con barbas me están copiando!”
– Lynne bromeando acerca de su icónica barba.
A diferencia de la gran mayoría de las bandas de esos tiempos, ELO no tocó un solo concierto en los primeros cuatro años de su existencia, basándose solamente en practicar y un par de grabaciones en el estudio. Esta época sirvió para solidificar el concepto de lo clásico con lo rockero, creando poco a poco algo único y que tendría su propia identidad.
Después de tres años practicando arduamente y estableciendo el sonido de la banda, su debut homónimo The Electric Light Orchestra vería la luz el en 1971, teniendo en 10538 Overture un hit que entraría en el top diez de los charts del Reino Unido. También sería publicado en 1972 en Estados Unidos bajo el nombre de No Answer.
Sería en 1972 que ELO comenzaría a hacer sus primeros conciertos en vivo, y además del disgusto generalizado de Lynne por la experiencia (“Soy un productor, soy un sujeto quisquilloso con el sonido,” argumentaría jocosamente muchos años después), había una inconformidad con una gran cantidad de músicos que fueron y vinieron en este periodo sin pena ni gloria, incapaces de llevar al escenario lo que se había hecho en el estudio con la precisión deseada.
A pesar de los contratiempos y de las diferencias con los músicos que estuvieron en la gira, el segundo trabajo en estudio de la banda, ELO 2, fue publicado en 1973 y fue una progresión natural de lo que se había establecido en el primer álbum, con un par de hits en los charts británicos y uno más en Estados Unidos, siendo esto último el primer progreso del grupo en territorio norteamericano mediante una ingeniosa y original interpretación de un tema de Chuck Berry, Roll over Beethoven (título más que apropiado para lo que representa ELO como grupo).
Complementarían 1973 con lo que sería su tercer trabajo de estudio, On The Third Day, que tal vez no tuvo el impacto y la preponderancia deseada, al menos mirándolo en retrospectiva, pero que supo otro cambio de alineación debido a algunas disputas monetarias y varias diferencias musicales, pero esto se convertiría en el estatus quo de la banda: no por nada han llegado a tener más de veinte músicos en toda su historia.
Eldorado y el punto de quiebre
“Electric Light Orchestra es como los Beatles hubieran sonado en los setentas si no nos hubiéramos separado.”
– John Lennon.
Todas las bandas tienen ese momento en sus trayectorias en donde hacen un álbum en donde los conceptos, las ideas, la madurez y la energía juvenil encuentran un punto de conexión, realzando todo lo que han logrado hasta ese punto y crear ese trabajo que marcará un antes y un después en sus carreras; en el caso de Electric Light Orchestra y Jeff Lynne, éste es el caso de Eldorado, el cuarto trabajo del grupo, publicado en 1974.
Uno de los aspectos que definió a este álbum fue el hecho de que era conceptual y que Lynne se enfocó en la historia mucho antes de siquiera comenzar a hacer la música, marcando una diferencia en la manera en la que componía hasta ese punto de su carrera. Esto también fue inspirado por críticas del padre de Jeff, un connotado conocedor de música clásica, de que ELO no tenía mucho ritmo y fluidez como banda, lo que derivó en que su hijo tomara eso como un desafío personal.
Eldorado es el primer trabajo en donde se nota una mayor coherencia musical por parte de Electric Light Orchestra y que al mismo tiempo denota que son capaces de tener un sonido mucho más ambicioso sin necesidad de extenderse en demasía con cada tema; hay que recordar que éstos eran los años en donde grupos Progresivos como Yes, King Crimson o Genesis estaban haciendo álbumes con canciones que se extendían por más de veinte minutos cada una.
ELO demostró con este álbum que la simpleza y que la ambición no son conceptos incompatibles, perfectamente capaces de funcionar en conjunto si se tienen a los artesanos musicales adecuados, y aquí Lynne se rodeó de los hombres adecuados para la operación como lo fueron Mik Kaminski, Bev Bevan, Hugh McDowell, entre muchos otros.
Y si bien es cierto que el álbum fue certificado oro en Estados Unidos poco tiempo después de ser publicado en 1974, la realidad es que no tuvo el éxito comercial que se buscaba; se puede señalar una falta de promoción o que tal vez la época no era la adecuada, pero Eldorado ha cosechado una imagen mucho más positiva con el paso de los años y ha servido como ese momento en donde Jeff Lynne consiguió su propia identidad como músico.
Mundo, aquí viene la orquesta
“Siempre me piden que las haga y siempre les digo ‘No, no por ahora. Esperemos a que pase algo bueno’”.
– Lynne entre risas cuando le preguntaron si escribirá algún día sus memorias.
Fue con el quinto álbum de ELO, Face the Music de 1975, en done la banda finalmente alcanzó la clase de éxito comercial y el nivel de repercusión que estaban deseando, logrando una buena cantidad de hits en Evil Woman, Strange Magic y la instrumental Fire on High, que tiene la distinción de haberse convertido en el tema musical del programa CBS Sports Spectacular durante esos años, subiendo al grupo a los primeros planos del negocio de la música.
Esto sería complementado con lo que Lynne catalogaría como uno de los peores periodos de su carrera, teniendo una gira extensa y tocando casi setenta conciertos en un espacio limitado de tiempo, socavando las pocas ganas y deseos que le quedaban de poder tocar en vivo, lo que derivó en muchas más fricciones con su alineación de la época y la manera en la que deseaba presentar su música.
Lo logrado por Face the Music, ahora teniendo a ELO como una agrupación mucho más curtida y con nociones más claras de lo que era ser un acto principal, sería aprovechado y superado por su sexto álbum de estudio, A New World Record, siendo un completo hit internacional a gran estela y lo que diría, sin ningún tipo de pudor, “Electric Light Orchestra está aquí”. Canciones como Telephone Line o Livin’ Thing se han convertido en algunos de los más apreciados de la banda y con muy buena razón.
Y aun así, a pesar de todo el éxito que estos trabajos cosecharon, complementados con la experiencia y sapiencia musical conseguida con Eldorado, esto sería un preludio para la joya de la corona y la conquista mayor de Lynne como músico. ¿Quieren saber? Sigan leyendo a continuación.
Out of the Blue y el ascenso estelar.
“Estaba ocupado buscando cómo grabar este cello o este violín por horas, para hacerlo sonar todo como un orquesta, así que dije ‘A la mierda, tengamos un orquesta completa’”.
– Lynne acerca de sus ambiciones durante y después de Eldorado.
Cuando se habla de grupos con el calibre de ELO, siempre hay al menos un álbum que trasciende el espectro del Rock y que se vuelve conocido para todos los interesados en el mundo de la música; en el caso de éste grupo tenemos su álbum de 1977, Out of the Blue.
Puede sonar a cliché decir que todo lo que la banda había hecho y aprendido hasta ese momento se había consolidado con Out of the Blue, pero la realidad es que éste es un álbum que eternizó a Electric Light Orchestra como un grupo para todas las épocas y momentos; prueba de eso es que muchos temas de este álbum como Mr. Blue Sky –tal vez LA canción en el catálogo de la banda-, Wild West Hero o Sweet Talkin’ Woman se han convertido en clásicos no solo de la banda, sino de toda la década de los setentas.
La trascendencia de Out of the Blue no solo está determinada por su calidad innegable o por sus excelentes números en ventas (más de diez millones de copias vendidas, hasta el momento), sino también por el hecho de que muchas canciones de éste trabajo ha sido presentadas en series de televisión y en películas, lo que se ha convertido en una constante cuando se habla acerca de la historia de este grupo y se puede argumentar que esa tendencia dio sus primeros pasos por estos años.
Uno de los detalles más increíbles, en especial cuando se realizan esas tan odiosas comparaciones con la música moderna en todas sus vertientes, es que Lynne se tardó solamente tres semanas en hacer todo el álbum, en lo que él mismo ha catalogado como “un ataque de inspiración”. En inglés hay una expresión para referirse a un momento único, como estar en el lugar adecuado en el momento indicado, como “atrapar el relámpago en una botella” y eso fue Out of the Blue: el relámpago creativo de Jeff Lynne completamente inmortalizado en una grabación.
Giras, álbumes, trifulcas y millones de copias vendidas. Lo usual.
“¡No había manera de continuar luego de eso! Pero habían contratos que cumplir, así que fui forzado a hacer cosas que no quería hacer solo porque firmé papeles cuando no sabía lo que estaba haciendo.”
– Lynne acerca de continuar con ELO tras A New World Record and Out of the Blue.
La verdad es que esta frase de Lynne puede ser tomada de muchas maneras ya que esto fue lo que determinó el futuro de la banda hasta su eventual disolución en 1986, justamente cuando sus contratos con las discográficas habían terminado.
Una de las primeras interpretaciones que se pueden hacer es que Lynne, por más brillante que fuera en el aspecto musical, no había prestado mucha atención al tema de los negocios y eso le pasó factura en lo concerniente al futuro de ELO, cosa que era bastante común en la época, lastimosamente (otro ejemplo notable son las luchas de los de Queen con sus discográficas y managers durante sus primeros álbumes).
La segunda interpretación es que Lynne, un probado animal fiestero y bebedor experimentado, pudo haber sido forzado a firmar cuando no estuviera en sus mejores condiciones, tal como hizo Axl Rose al resto de los miembros de Guns ‘N’ Roses a mediado de los noventa.
Indiferentemente de la interpretación, los álbumes a posteriori de Electric Light Orchestra estarán marcados por ese deseo de Lynne de terminar con la banda, pero que tuvo que continuar por razones contractuales. Y si bien es cierto que ésos dos álbumes son vastamente considerados la cima creativa de ELO, el de Birmingham supo demostrar que aún tenía el talante de un músico de calibre.
La primera prueba de esto fue el éxito internacional que fue Discovery, tras una extensa gira promocional de Out of the Blue en donde usaron una enorme cantidad de parafernalia espacial y de ciencia ficción (Lynne contaría jocosamente muchos años después que tenían una nave espacial inflada con aire que se desinfló durante los últimos conciertos y que nunca quisieron arreglarla).
Si bien es cierto que Discovery, a pesar del mucho rédito comercial que le generó a la banda, no fue bien recibido por sus fans debido a las influencias Disco –era la tendencia musical a la moda a finales de los setenta-, tomando una página del libro de KISS con I Was Made for Lovin’ You, la realidad es que el propio Lynne ha dejado en claro que querían desmarcarse de lo que habían hecho hasta ese punto porque realmente no sabían cómo mejorar algo en esa dirección musical. Mal que bien trataron de reinventarse.
ELO alcanzó el pique de su popularidad a finales de los setenta, vendiendo millones de álbumes, rechazando oportunidades de tocar como acto principal en el festival Knebworth y, ya en 1980, encargarle a Lynne la posibilidad de hacer el soundtrack de la película de culto Xanadu, que llegó a convertirse en doble platino.
La ELO en los ochenta: tiempos más simples.
“El mejor modo es hacerlo simple.”
– Lynne acerca de componer canciones.
Todos sabemos que lo que imperaba en la década de los ochenta es muy diferente a lo que predominaba en los setenta: si bien es cierto que en la década anterior había una plétora de estilos y vertientes que podían ser mezcladas, en los ochenta se abogaba por un sonido más directo y más estructurado, si se desea usar ese término.
En el caso de Electric Light Orchestra, los ochenta significaron remover las partes sinfónicas y reemplazarlas con la llegada de los sintetizadores, estableciendo un sonido muy de la época, como es el caso de grupos como Yes o Genesis por esos años.
Siempre se ha argumentado que el cambio en la escena afectó el rendimiento comercial de la banda de Birmingham, pero eso no detuvo a Lynne y su cruzada musical en 1981, con Time siendo un retorno a la idea del álbum conceptual que se ejecutó en Eldorado y que se convertiría en el último trabajo de la banda en ser certificado platino hasta el 2015 con Alone in the Universe.
Apoyados por singles como Twilight o Hold On Tight, aquí comenzaría la última gira mundial de la banda y tal vez el último periodo en donde fueron realmente grandes en la escena musical (aunque cuando se habla de ELO, siempre han mantenido una cierta relevancia más que merecida y ganada con el paso de los años).
Secret Messages fue publicado en 1983 y si bien soy de los que piensa que es un trabajo disfrutable, comprendo la perspectiva de muchos fans cuando señalan que se siente como un trabajo un tanto forzado, producto de que Lynne quería hacer un álbum doble y la discográfica lo bloqueó debido a que pensaban que sería un gasto muy grande y no estaban dispuestos a invertir en un álbum y un grupo que no daban garantías de ser un éxito.
Y así sucedió: Secret Messages llegó al cuarto lugar de los charts británicos –nada mal, mirando en retrospectiva, pero un declive en comparación a lo que fue el grupo-, y surgían cada vez más diferencias y problemáticas en el seno de la banda, con los incesantes rumores de que Bevan estaba tocando temporalmente con Black Sabbath –lo que evitó que ELO saliera de gira- y que quería unirse a la banda permanentemente, cosa que eventualmente pasó.
La banda publicaría Balance of Power en 1986, pero la magia que había producido tantas joyas en los setenta se había ido apagando hasta el punto que solo hicieron un par de conciertos en Inglaterra y Alemania, separándose un par de meses después sin siquiera dar un comunicado de despedida. Lynne procedería a trabajar como productor y harían muy buenas contribuciones en esta profesión, como es el caso del álbum Cloud Nine de George Harrison, una de las más grandes inspiraciones de Jeff.
Lynne forjaría una carrera en los noventa como productor, en donde su minuciosidad y su capacidad perfeccionista servirían a las mil maravillas, incluso llegando a regrabar un single de los Beatles, estando en el mismo estudio con Paul McCartney, Ringo Starr, el propio Harrison y una voz grabada del fallecido John Lennon, momento que Lynne declararía como el más grande de su carrera.
Y honestamente, ¿quién puede culparlo?
Jeff Lynne en la actualidad: como siempre, a lo suyo.
“Creo que nunca fui genial.”
Dejando de lado algunas grabaciones pequeñas, regrabaciones y mini reuniones, los noventa y principio de los dos mil fue una etapa en silencio para Electric Light Orchestra, con Lynne enfocado plenamente en su carrera como productor.
No sería hasta el 2001 que escucharíamos el primer trabajo en estudio de la banda en quince años, Zoom. A pesar de tener buenas canciones, la recepción no fue tan monumental como se esperaba –la escena musical de la época no estaba muy interesada en lo que grupo con fuertes connotaciones Pop y clásicas como ELO podía ofrecer- y la gira que se había planeado, entre muchas más diferencias entre los miembros y la falta de interés, tuvo que ser cancelada.
Fue en 2014, con esa ya icónica actuación del ELO de Jeff Lynne en Hyde Park, que el interés por la banda volvería a resurgir y tras una actuación en los Grammys, Electric Light Orchestra volvería al ruedo. Solo que habría una diferencia notable: Lynne se encargaría de todos los instrumentos y las vocales, sin ingún tipo de interés en tocar en vivo.
Alone in the Universe fue publicado en 2015 con ese espíritu y fue un regreso de forma bastante marcado, con el músico de Birmingham finalmente haciendo lo que deseaba con la libertad que siempre añoró y sin tener la presión de ir de gira. Considerando la situación actual en el negocio de la música con las descargas ilegales, Alone in the Universe fue un hit notable y demostró la preponderancia histórica de Electric Light Orchestra como grupo, más allá de los posibles detractores que tengan quienes lo catalogan como “mero Pop”.
Y es que esto siempre se ha tratado de que Lynne hizo lo que le vino en gana; hacer el tipo de música que le gusta y no pensar en seguir alguna tendencia, exceptuando aquellos coqueteos con el Disco.
Pero nadie puede negar la ambición del hombre: quiso un sonido grande y lo logró; quiso una carrera exitosa y la logró.